jueves, 24 de marzo de 2011

Los vagabundos del Dharma

"Soy tan duro y tan viejo como una concha", y me vuelvo a dormir y sueño que mientras duermo consumo tres rebanadas de aliento de pan... ¡Pobre mente humana, y pobre hombre solitario de la playa!, y Dios observándolo mientras sonríe y yo digo... Y soñé con mi casa de hace tanto tiempo en Nueva Inglaterra y mis gatitos tratando de seguirme durante miles de kilómetros por las carreteras que cruzan América, y mi madre llevando un bulto a la espalda, y mi padre corriendo tras el efímero e inalcanzable tren, y soñé y me desperté en un grisáceo amanecer, lo vi, resoplé, y me volví a dormir.

"Todo da lo mismo", oí que decía mi voz en el vacío que se abraza fácilmente durante el sueño.

Jack Kerouac

jueves, 17 de marzo de 2011

Palabras

Sacó un libro de las estanterías y se sentó con él en el suelo.
Sinceramente, ya nada le importaba.
Durante un buen rato se limitó a quedarse sentada y a mirar,
Había visto morir a su hermano con un ojo abierto y el otro todavía soñando. Se había despedido de su madre y había imaginado la solitaria espera de un tren que la llevaría de vuelta al olvido. [...] Un joven colgado de una cuerda hecha de nieve en Stalingrado. Había visto morir un piloto de bombardero en una caja metálica. Había visto desfilar hacia un campo de concentración a un judío que en dos ocasiones le había entregado las páginas más hermosas de su vida. Y en medio de todo, veía al Führer gritando sus palabras y repartiéndolas a su alrededor.

[...]
Qué hijos de puta, pensó.
Qué adorables hijos de puta.
No me hagáis feliz. Por favor, no me cameléis y me dejéis creer que algo bueno puede salir de todo esto. ¿No veis los moretones? ¿No veis esta raspadura? ¿No veis la herida que tengo dentro? ¿No veis cómo se extiende y me corroe ante vuestros ojos? No quiero volver a tener esperanzas. No quiero rezar para que Max esté vivo y a salvo. O Alex Steiner.

Porque el mundo no se los merece.
[...]

Las palabras. ¿Por qué tenían que existir? Sin ellas nada hubiera pasado. Sin palabras, el Führer no era nada. No habría prisioneros renqueantes, ni nadie necesitaría consuelo o trucos palabreros para hacernos sentir mejor.
¿Qué tenían de bueno las palabras?

La ladrona de libros, Markus Zusak.

martes, 15 de marzo de 2011

Waslala


La razón de ser de Waslala era ser Waslala, la utopía, el lugar que no era, que no podía ser el tiempo y el espacio habitual sino otra cosa, el laboratorio quizás, la luz tal vez, el ideal constantemente en movimiento.

G. Belli

lunes, 14 de marzo de 2011

Jack London es el rey

Cuando un hombre viaja a un país lejano debe prepararse para olvidar muchas de las cosas que ha aprendido y para adquirir las costumbres inherentes a la vida del nuevo país.

Debe abandonar los viejos ideales y los antiguos dioses y, a menudo, debe invertir los mismos códigos por los que se ha afirmado su conducta. Para quienes tienen la facultad proteica de adaptarse, la novedad de semejante cambio puede constituir incluso una fuente de placer.

Pero a quienes se han anquilosado en los senderos que los crearon les resulta insoportable la presión de un entorno modificado y se irritan en cuerpo y alma bajo las nuevas restricciones que no entienden.