domingo, 26 de diciembre de 2010

Existir


Esos días, los más largos de mi vida, los más tranquilos, nos dedicamos ella y Yo, cuidadosamente, a existir.

A existir, que es para mí desaprender la prisa. Soltar los músculos de mi corazón y dejarlo latir a su ritmo. Volver a estar en el calor del sol sin pensar en el calor. Comer cuando el hambre tiene hambre y obedecer el sueño que llega cuando la noche llega y la oscuridad cubre las cosas, y las cosas en la oscuridad pueden descansar.

De nuevo estar. Estar y ver. Y verlo todo lo que está tal como es, sólo mientras está hoy, como no sabemos si estará.

Sabina Berman, La mujer que buceó dentro del corazón del mundo.


martes, 14 de diciembre de 2010

La voz a ti debida


Tú vives siempre en tus actos.
pulsas el mundo, le arrancas
auroras, triunfos, colores,
alegrías: es tu música.
La vida es lo que tú tocas.
De tus ojos, sólo de ellos,
sale la luz que te guía
los pasos. Andas
por lo que ves. Nada más.

Y si una duda te hace
señas a diez mil kilómetros,
lo dejas todo, te arrojas
sobre proas, sobre alas,
estás ya allí; con los besos,
con los dientes la desgarras:
ya no es duda.
Tú nunca puedes dudar.

Porque has vuelto los misterios
del revés. Y tus enigmas,
lo que nunca entenderás,
son esas cosas tan claras:
la arena donde te tiendes,
la marcha de tu reloj
y el tierno cuerpo rosado
que te encuentras en tu espejo
cada día al despertar,
y es el tuyo. Los prodigios
que están descifrados ya.

Y nunca te equivocaste,
más que una vez, una noche
que te encaprichó una sombra
-la única que te ha gustado-.
Una sombra parecía.
Y la quisiste abrazar.
Y era yo. 


Pedro Salinas